Escribir.

27.03.2021

Para escribir no alcanza
tener la propia cabeza.
Hay que vivir en otras,
invadirlas, gastarlas,
buscando distintas certezas.
Dejarlas jugar con la nuestra
como si fuera ajena.
Interpelar duramente
las conclusiones trajinadas,
las sólidas construcciones.
Y hay que tener el valor
para que nos ganen debates
en cuestiones adquiridas.

Embarrarse en la oscuridad
de personajes tenebrosos,
que es reconocerse
en personales tinieblas.
También humillar el ego
ante cabezas más bellas.
Y desatar el conflicto,
sin pudor y con vergüenza.
Lo que da sentido a una historia,
a la neutralidad de la letra.
Escribir es desangrarse y parir,
mucho más que desnudarse.
Definitivamente escribir,
no es para cualquiera.