La Boludez como Proyecto Político Personal

26.07.2023

Hemos internalizado de tal forma la soluciones individuales que nos fueron instalando las sucesivas derrotas infringidas por el enemigo ideológico, que sólo podemos ver como objetivos de máxima de nuestra militancia, las altas, prístinas e irrefutables conclusiones que alcanzan nuestras cabecitas afiebradas en la soledad de sus cráneos.

No hay argumentaciones, refutaciones, reflexiones, datos duros, que alcancen a doblar el repiquetear de las cosas aprendidas en honorables luchas, repetidas como inmutables, aunque las tales condiciones, en sujetos y cosas, ya no existan. Reforzando así las condiciones de la derrota de nuestros mejores sueños. Privándonos de completarlos a la luz de las nuevas circunstancias. Repensándolas, sin pizca de resignación, para constituirlas en alcanzables aún en el horroroso escenario "que es", no el que quisiéramos que fuera.

Deambulamos como francotiradores de un consignismo que se reputa a sí mismo como convencido y luchador, cuando en realidad sólo habita en el gueto individual de muchos individualismos que supieron ser un colectivo de comprensión, capaces de enfrentar el poder concentrado, pero que puestos así, ya no le hacen mella, lo alimentan.

Hemos resignado la razón colectiva por el placebo autocomplaciente de la razón individual. Que no necesita resignaciones en el propio pensamiento para sentirse masturbatoriamente puro y completo. Se basta a sí mismo. No requiere entregar ni pizca de la propia letra chica para alcanzar verificación en otras razones, otras miradas, otras experiencias, es autosufieciente, es como lo quiere el enemigo, "yo pienso", "yo creo", "yo siento". Está en el nudo de la fragmentación, los propios "egos", aún los mejores y más nobles. Está en la base de la imposibilidad de construir mayorías con sujetos de transformación dedicados a un proyecto colectivo superador.

Porque las "razones individuales" sólo valen en nuestra cosmogonía declamada, si se corresponden, verifican y acompañan con las otras "razones individuales" del campo nacional y popular. Y para esto necesita redefinir, reformular, acomodar, la omnipotencia de muchas de "las razones adquiridas" para que alimenten una fuerza común de convencimientos en los trazos gruesos, capaces de enfrentar al "gran confundidor" del sentido bíblico.

Solazarnos en "yo te lo dije", "yo lo sabía", "yo les avisé" no suma nada a la lucha contra la obscena realidad a transformar, la ratifica. Dejar pedacitos del propio cuero en la recuperación de la "razón colectiva" que posibilite efectivas luchas, eso es tarea militante, lo otro es cosa de aventureros librepensadores…con el enemigo de fiesta y caminando entre nosotros/as, de distintas formas.

*Estas no son reflexiones de coyuntura, aunque las dispare, es otra cosa…