La Risa.
Siempre nos queda la risa,
inteligente y brutal,
con los dientes desplegada.
Para exorcizar sus mentiras
y tanta canalla.
De todas las demostraciones
a los secundarios teoremas,
reducción al absurdo
la que me encantaba.
Porque desnuda falacias
y se las pinta en las caras.
Dibuja las intenciones
de sus conclusiones falsas.
Y como popular "extra bonus"
libera propia carcajada.
Cuando arrancan a explicar
sus intrincadas finanzas:
"Que esto no se puede,
que aquello tampoco alcanza".
O las excelsas propiedades
de sus propiedades privadas.
Cuando analizan efectos
del hambre, la inseguridad,
de la intemperie desesperanza.
Compungidos, circunspectos,
nada de hablar de sus causas.
Entonces nos queda la risa
para explotar en sus caras.
Mordaz, socarrona, hiriente.
Con lágrimas en los ojos,
violenta y moral...revolucionaria.