La Sociedad Hipócrita...

27.03.2023

….somos todos y todas. Y tanto que les gusta la globalización, ese es un rasgo que comparte alegremente la especie...así anda. Vivimos sobre una alfombra gigante donde escondemos prolijamente nuestras miserias. Nos redimen un puñado de valientes humanos que se animan a escudriñar esas zonas oscuras, exponiendo el propio cuero, para buscar las comprensiones que nos liberen.

Me ocupa el rutilante tema del abuso farandulesco de menores. Un estridente tachín/tachín recorre los portales, redes, medios. La baba carroñera informativa festeja la exacerbación morbosa. Los discursos inquisores de burócratas y fariseos. Que de ellos/as es este mundo lleno de sus malversaciones, de su liviandad para encarar los temas comunes, de su dominación colonial de las conciencias.

De filósofos serios, del catálogo de filósofos serios, me permito este pedestre resumen. Parece que hay tres grandes perturbaciones en nuestra naturaleza que nos constituyen. Las tres de aleatorias combinaciones de resolución en la vida de los monitos sappiens. Una complejidad difícil, si no imposible, de escudriñar colectivamente, aunque valen los esfuerzos y necesidad puesto en ello. Esos amarres inescindibles de nuestras naturalezas son: la certera incertidumbre de la muerte; la palabra, en la lengua que nos toca y la pulsión sexual.

Habría que ganar mucho en la propia honestidad intelectual y emocional para dedicarse con humildad a reflexionar sobre estos temas. No hacerle el juego a los despredadores emprendedores que saben hacer horribles negocios con esto. Hacer de la violencia una fuente consentida de entretenimiento, de la palabra una formidable confusión de significantes y significados, y de la pulsión sexual un sistémico pozo de dormidera, degradación y manipulación.

Hay que evitar que estos escándalos -el peor de los pecados, el que arrastra a otros- escondan bajo la alfombra la esencia de la dificultad, que acompaña a los/as humanos/as dede la cueva primera. Existen nichos objetivos donde detenerse: la promiscuidad familiar de la sociedad insanamente desequilibrada, la tensión del vacio, lleno de "placer", en los decibeles sociales más altos. Competencia, desconcierto, inseguridad, ansiedad, exigencia, depresión, euforias artificiales...quedará esto para los sociólogos.

El punto más difícil es encarar el lado oscuro de la Luna. El Sócrates peripatético caminando seductoramente con sus efebos mientras les iluminaba el mundo...lo ponemos bajo la alfombra?. Sobran ejemplos ilustres de hombres y mujeres que han dado mucho al pensamiento y acción humanos pero que en sus viscerales existencias poco pudieron hacer con la "corrección" en sus deseos. Cómo se constituye la propia sexualidad desde la niñez misma? Cuántas contingencias confluyeron para disparar nuestros rayes? Resumía un querido compañero, el loco Vieytes: "Sólo uno/a sabe con qué se hace la paja".

Y cierro con una anécdota que me impresionó y despertó, del maestro Atahualpa Yupanqui. La pregunta amarillista apuntaba a ciertas prácticas sibaritas del creador, que eran parte de su folklore de exilio parisino. Y la respuesta un tratado completo sobre la necesidad imperiosa, ética, no transable, de ejercer los límites propios para no dañar a otro/a...

- "Entonces Maestro, cuál es el sentido de la vida, cuál el objeto a dedicarse?…

- "Hay que controlarse hombre, eso, hay que controlarse".