La Verdad.
La
fuerza de los pueblos.
La justicia del reclamo.
Su
inevitable victoria.
Son espasmos de la imaginación
para
seguir luchando.
No hay para corroborarlos
sino destellos
salpicados
en la historia del dolor,
de la humillación y
la derrota.
Son deseos furibundos
a que las pobres
mayorías,
por no volvernos locos,
tozudos nos
aferramos.
La verdad y única realidad
es el orden
del privilegio,
el de manipulación y mentira.
Consiente
obscena apropiación
con nombre de seguridad jurídica.
Enjambre
de leyes y teorías
explican razonable el horror.
Nos hacen
jugar un juego
cuyas reglas se escriben en agua.
Conocemos
algunos gerentes,
para los ideólogos la vista no basta.
Se
cagan de risa y nos matan,
nosotros insistentes soñamos,
porque
pensar y actuar, no alcanza.