Los Tercios que no miramos.

28.05.2023

Y de los que debiéramos ocuparnos en el tránsito de las disputas coyunturales, si queremos llevar a término exitoso, el farragoso listado de nuestros contenidos para la transformación y consolidación de la Patria/Matria que nos parió. Son los Tercios interiores al Movimiento, que viven en tensión ideológica/cultural, queriendo llevarse equivocadamente, la hegemonía de su pensamiento y acción.

Se desconoce así la comprensión y el genio de la naturaleza del Movimiento Nacional y Popular, como sujeto ineludible para la transformación posible. Que su diversidad y conflicto reproduce, saludablemente, la idiosincrasia propia del colectivo Nación, cuando se ocupa concertadamente de resolver la liberación sobre la dependencia, dejando al tránsito la letra chica de las diferencias.

Groseramente puede decirse que son:

1. El Tercio Conservador: Los nacionales, los ortodoxos, los doctrinarios entre la militancia activa. Los pequeños productores, empresarios, religiosos practicantes, comerciantes, los dueños de algo, en la población general. Los asiste la historia, la lucha, la producción teórica, en la conformación de la Patria.

· El Tercio Revolucionario: Los sobrevivientes de la épica setentista y los jóvenes que hoy reivindican, sin beneficio de inventario, el imaginario peleado en aquellos años. Tienen en su haber la incontrastable legitimidad de la sangre derramada y la nobleza ética de aquel imaginario. Están instalados, por derecho propio, en la composición del Movimiento como activos de la transformación.

· El Tercio Progresista: De reciente llegada, resultado de evoluciones conscientes e involuciones infringidas, en los modos y cambios de composición y las condiciones efectivas de la especie. Portadores/as y/o recuperadores/as de nuevos derechos como fuente de sus luchas actuales sobre problemas actuales. Los éxitos altamente movilizadores en sus distintos frentes de sector/interés, les dan la chapa necesaria de pertenencia al Movimiento, cuyo carácter distintivo es abrevar de distintas vertientes del mejor pensamiento humano.

Estos tercios no representan volumen por cantidades poblacionales, se puede decir, en ese caso, que el primero y el tercero podrían ser hoy, los que se representan con más voluntades. Es en su incidencia en el imaginario común, a conformar y administrar para hacer del Movimiento una herramienta eficaz en la disputa por el poder, que deben ser considerados.

Ninguno de ellos tiene el derecho, como supone el primero, o quiso imponer el segundo, o quiere imponer el tercero, a subrogar la totalidad. Todos deben avenirse a complementarse en el debate, a entregar pedacitos del propio cuero para la funcionalidad objetiva del conjunto. Ahí están las fisuras que explota el enemigo para que la realización de su formidable fuerza no se produzca.

Quienes adscriben naturalmente al Movimiento Nacional y Popular pueden tener opiniones que respondan a cualquiera de sus legítimas vertientes -conservadora nacional, revolucionaria o progresista- sin que se les mueva un pelo de culpa. El problema lo tienen quienes, erroneamente, dentro del Movimiento, se casan con alguna de aquellas vertientes y la ejercen con vocación totalizadora.

Comprender, aprender, vivir con ello, sobre la naturaleza en tensión de lo que hay que trabajar en cada uno/a y otros/as, para que este sujeto necesario para la transformación no se desdibuje en la letra chica de las diferencias y profundice el ensamblado del paraguas contenedor de la disputa principal, es la primer y difícil tarea, primero hacia adentro y después afuera, de todos/as los/as militantes del campo popular convocados/as a construir organización.


*Estos textos míos, no se pueden hacer desde la academia, las derivas posibles los empantanaría. Son textos viscerales desde la militancia, que tiene el derecho de reflexionarse sin prejuicios y con la sola condición de honestidad intelectual y emocional.