No soy fea, soy imposible...

06.03.2021

No soy fea, soy imposible. No me caben las recomendaciones complacientes de las amigas normales. ¨Cortate el pelo así¨, ¨vestite de esta forma¨, ¨vení que te maquillo¨. Estoy cansada de escucharles hablar desde sus propios dones. Como si no fuera una absurda lotería el reparto de talentos.

El que sabe correr mide a los otros por lo mismo, si corren o no, más que él. Los otros asuntos de la humanidad son livianos, menores. Así el que es inteligente, comerciante habilidoso, artista o cocinero. Los temas y los logros que importan son los del interés o cualidad que les tocó en suerte. Están los que pareciendo normales son débiles o estructuralmente faltos de vocación, de ellos no hablo, se me parecen.

Pero llegó internet y el chat y me hizo libre. Navego hasta el desmayo. Entro y salgo...entro y salgo, que de eso se trata el sexo virtual. Mis archivos estallan con direcciones, carpetas llenas de poemas, chistes, fotos, ensayos...Los mails de cientos de amigos, que traen abrazos, cariños y desinteresado respeto. Están los de tono subido, novios y amantes, con los que hemos ganado en confianza por arriesgar de los dos lados y el tiempo. Todavía me encuentro lidiando con quienes subestiman la realidad emocional e intelectual del espacio virtual. Cómo que no es realidad, qué es; dónde está, Marte?. A veces me desespera porque viene de quienes más lo utilizan y necesitan.

Pero mi gran descubrimiento es el sexo. Soy mujer y por fin me penetran los hombres. Cuando las estrellas sonríen y estoy conectada con la persona correcta, los límites se salen del mapa. En la pantalla se suceden las palabras obscenas: ¨concha, pija, culo, lengua¨...y si la emoción es verdadera, el tipeo lo delata. Hay que elegir entre el teclado, la urgencia del otro, o masturbarse. Es normal que los normales se asusten, sobre todo cuando lo disfrutan. Lo sienten retorcido, bajo, sucio, no los culpo, son años de encorsetarse la cabeza, son años de hacer los deberes.

 Ahora tengo sexo, además de mi PC, mi parálisis y mi silla de ruedas.